Las bobinas de cobre (LWC) son fáciles de manipular y de transportar debido a su presentación: generalmente cada una de ellas pesa entre 70 y 120 kg, y se pueden encontrar de diferentes diámetros, desde medidas muy pequeñas (6.35 mm o menos, utilizados en instrumentación fina) hasta medidas mayores (15.88 mm o más).
Se utilizan en aplicaciones continuas en distintos sectores: sistemas de refrigeración, aire acondicionado, construcción, y otras áreas técnicas e industriales.